El listado de frases hechas de nuestra
cultura es extenso y rico en experiencias que te hacen aprender, pero no
siempre es acertado. Y sucede que la cultura oral las toma tan al pie de la
letra en muchos casos que, personas sin amplitud de mira, las interiorizan y
absorben como si se tratase de una verdad absoluta científicamente probada.
“Una imagen vale más que mil palabras” es, en
mi opinión, uno de los refranes más erróneo de nuestra cultura.
La conquista del medio audiovisual ha
provocado que las palabras se vean abocadas a un segundo plano y, en algunos
casos, carezcan de importancia para un número preocupante de mortales.
En primer lugar, cabría pararse a pensar unos
segundos y comenzar a ser conscientes de que las imágenes —todas y cada una de
ellas— están creadas a base de palabras. Una película no vería la luz sin una
historia impresa detrás, o un guión cinematográfico. Un cómic o viñeta tendría
menos sentido sin el soporte del texto.
Incluso un retrato expresa palabras en
pinceladas, aquellas que pasaron por la mente del pintor mientras realizaba su
trabajo.
Pero entonces, ¿por qué la mayoría de la
población acepta esta frase, y prefiere mil veces una imagen a tener que leer
mil palabras? Hay dos razones fundamentales: falta de imaginación y falta de
tiempo.
La falta de imaginación va unida a la
comodidad. ¿Para qué tener que pelar la fruta y masticarla si me la puedo tomar
en zumo?
La falta de tiempo nos deja exhaustos en
niveles imaginativos y nos hace ser cómodos a niveles extremos. ¿Tras una dura
jornada de trabajo, me voy a poner a leer? ¿Si llevo todo el curso estudiando,
voy a dedicar este verano a pasar páginas y páginas?
Y así es como las palabras, las pobres, van
siendo olvidadas.
En este post os animo a que dediquéis un
poquito de tiempo, sólo un poco, a pensar sobre la importancia de las palabras
en nuestra vida diaria. Todos los sentimientos del mundo se pueden expresar con
ellas. Y si nos lo proponemos, podemos sentir lo que nos quieren decir.
Porque una sola palabra puede expresar la
imagen que tú te quieras crear.