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UNA CLASE DIVIDIDA

Hoy me siento más maestra que escritora. Por eso, reflexionando sobre cómo debo solucionar conflictos entre mis alumnos/as del comedor donde trabajo, me he topado con unos vídeos que analizamos en la universidad una vez. Quería mostraros hasta qué punto los maestros y maestras podemos influir y determinar cómo serán esos alumnos en un futuro. A ver si así se nos da ya de una vez el respeto y la importancia que merecemos. Es largo y tiene un sonido algo malo, pues está grabado hace muchísimos años, pero merece la pena, de verdad.

Me gustaría mucho que vierais los vídeos y me dijerais vuestra opinión.












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UNA NUEVA FAMILIA


Cuando Pedro observó a aquel niño de ojos claros, pelo rubio y carita redonda, se incorporó rápidamente en su improvisado asiento de cartones y le extendió el sombrero para recoger algunas monedas.
El niño miró durante unos segundos el sombrero y volvió a dirigir la mirada a un Pedro impaciente y hambriento al tiempo que negaba con la cabeza.
— No, no vengo a darte dinero. Estoy aquí para ofrecerte un regalo mucho mejor, ¿lo quieres?  —dijo, con un hilo de voz, entrecortado por la timidez e inocencia de su edad.
Pedro le miró extraño y desconfiado. Aquel niño debía rondar los ocho años. La misma edad que tenía él cuando perdió a sus padres. Le miraba y se le acumulaban los recuerdos. Era como si la pequeña figura infantil tuviera la habilidad de reflejar su pasado.
Pedro guardaba con recelo su pasado. Al fin y al cabo, era lo único que quedaba intacto de su vida. Cuando uno toca fondo, valora más las decisiones pasadas, tomadas en su día impulsivamente. Y es esa sensación de que aquellas decisiones no van a poder ser cambiadas lo que hace que, ante la incerteza de un futuro, podamos afirmar quiénes fuimos.
Las desgracias que sucedieron en la vida de Pedro le habían enseñado a desconfiar hasta de su propia sombra; por ello se sorprendió cuando se vio sonriendo al niño, asintiendo y ofreciéndole un lugar para sentarse a su lado.
— Verás, —comenzó a explicar el niño en susurros que fueron tomando fuerza a medida que avanzaba en su discurso— tengo una enfermedad que no se cura con pastillas, ni con médicos ni operaciones. Los señores que la descubrieron le pusieron un nombre muy raro: leucemia. ¿Sabes lo que es?
Pedro escuchaba con atención todas las palabras que emergían por aquella boca tan pequeña, que quizás había tenido aún la suerte de no conocer la mentira o la traición. El niño siguió explicándole, como si el silencio de Pedro hubiera supuesto un “no” mezclado con orgullo y vergüenza:
— En mi cuerpo, hay unos bichitos malos que están atacando a mis huesos y a mis órganos. Los bichitos buenos intentan salvarme, por eso he ido perdiendo pelo, porque mis bichitos buenos se estaban ocupando todo el tiempo de luchar contra los malos, y se olvidaron de que me tenía que seguir creciendo el pelo.
«Sé que no podré quedarme por aquí mucho más tiempo, porque cada vez tengo más bichitos malos que buenos, y me canso más cuando tengo que andar. Mis papás están muy tristes, porque no pueden hacer nada para salvarme, y yo me pongo triste de verles. Por eso se me ha ocurrido una idea. Siempre que paso por aquí te veo ahí sentado pidiendo dinero, con la ropa sucia y sin hablar con nadie. Así que creo que no tienes familia.»
Pedro observaba atentamente al niño. Negó aquella conjetura del niño como respuesta. El pequeño sonrió entonces y prosiguió:
— Como yo tengo familia pero me voy a morir, y tú estás vivo pero no tienes a nadie con quien compartir tus alegrías, he pensado que podrías ir a vivir con mis padres cuando me haya ido. Así, mis padres tendrían otro hijo al que cuidar y ya no estarían tan tristes. Y yo, desde allí arriba —dijo, señalando el cielo— estaré contento de ver que puedes sonreír. ¿Qué te parece, a que es buena mi idea?
Cuando el niño terminó, Pedro estaba llorando. Habría dado su vida a cambio de que aquel niño no muriera. Por primera vez en mucho tiempo, se había sentido formar parte de algo o, mejor dicho, de alguien y eso valía mucho más que cualquier moneda compasiva que le pudieran regalar. 

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LEYENDA DE LA ISLA DE BENIDORM

Debido a que estas semanas son las fiestas de Benidorm, la ciudad en la que resido, me han venido a la memoria las leyendas que circulan en torno al origen de nuestra isla, así que he escrito una versión propia de una de estas versiones para compartirla con todos vosotros. Espero que os guste.


Hace siglos, tal vez milenios, vivía en la sierra del Puig Campana un gigante llamado Roldán. Era el único ser humano que habitaba aquellas tierras, por lo que se consideraba el dueño y señor de toda la montaña. Tenía una cabaña grande que se había construido en la cima de la montaña con ramas secas y unos cuantos troncos. También disfrutaba del sol, de la playa y del monte cuando quería. Pero le faltaba algo.
En las noches de luna Llena, su soledad embriagaba su alma y no hacía más que desear que alguien pudiera compartir su tiempo con él. Y así fue como sucedió. A la mañana siguiente, estaba él paseando por la arena de la playa, cuando de pronto apareció una joven. Era una princesa hermosa, con cabello largo, un precioso vestido y unos ojos sin igual. La joven le miró extrañada, pero sin miedo. Y fue aquella curiosidad, aquel trato inocente, lo que transformó el corazón de nuestro gigante.
Los dos se enamoraron y decidieron irse a vivir juntos a la cabaña del bosque. La princesa la adaptaba con esmero a su estatura y condición, mientras Roldán buscaba siempre las hierbas más finas y tiernas para el lecho de su amada. Vivieron felices durante algún tiempo.
Pero un día, cuando Roldán volvía a la cabaña con leña para la chimenea, una sombra se le apareció. Él se quedó inmóvil y oyó que la sombra le hablaba:
— Corre si aún quieres ver a tu amada, pues cuando muera el día, ella morirá también.
Roldán le escuchó con temor y se apresuró a llegar a la cabaña. Cuando se acercó a la joven, estaba sudorosa y tenía fiebre muy alta. Deliraba. Roldán se puso muy triste e intentó por todos los medios bajar la fiebre de su amada. Pero no lo consiguió. El día se iba acabando y Roldán no quería dejar a la única persona que le había dado felicidad.
Permaneció frente a la joven durante horas, observándola y admirando su belleza. Pero el sol, impasible, seguía con su juego del escondite. Entonces Roldán, furioso y desesperado por darle unos segundos más de vida a su amada, se fue hasta el pico de la montaña y le propinó un puntapié, que hizo desprender una gran masa de tierra que cayó al mar y ahora es la isla de Benidorm.
Y por el perfecto hueco que había quedado, aún pasaron los rayos del sol durante unos segundos más de vida, hasta que el último atisbo de luz desapareció y con él, la vida de la joven.
Roldán, muy triste y hundido en la soledad de nuevo, cogió en brazos a su amada y bajó con ella al mar, donde se habían visto la primera vez. Miró al horizonte y aquella isla que se había formado, fruto de su amor por ella, le pareció hermosa. Como si hubiese quedado hipnotizado, se adentró con la joven en brazos y la depositó en el fondo del mar, bajo la isla de su amor. Pero no la podía dejar allí sola, así que se hundió con ella en las profundidades del mar y la abrazó con fuerza para toda la eternidad.


Si queréis descargar el documento en PDF, haced clic aquí.

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COMENTO: ADAM

Hace tiempo ya que vi esta película. Hoy, navegando por Internet y leyendo más información sobre el síndrome de Asperger, la recordé y quise escribir este post para recomendárosla a todos. Resumiendo, por si alguien no quiere hacer clic en el enlace que he dejado en la línea de arriba, comento que el síndrome de Asperger es un síndrome situado en el espectro del autismo (tiene algunos principios de autismo, pero no se considera tan "grave") y se basa esencialmente en que los sujetos que lo "padecen" (no es un término correcto, lo sé) tienen dificultades para entablar relaciones sociales. Estas dificultades se reflejan en todo momento de su vida: a la hora de jugar con los compañeros, de estudiar, de buscar trabajo... Por el contrario, pueden desarrollar al máximo un determinado centro de interés, llegando a considerarse superdotados en ese campo. 

En la película, Adam es un chico con síndrome de Asperger apasionado por la astronomía. Vive solo y no se relaciona con mucha gente. Un día, una mujer se muda al tercer piso de su edificio y a partir de ahí comienza una historia fascinante entre ambos. Se enamoran, aunque Adam no es capaz de saber qué es ese sentimiento. No voy a contar más porque seguro que meto la pata y hago spoilers. Os la recomiendo de todo corazón, de verdad. Es una película que enseña muchísimos valores y tiene el fondo romántico pero desde un punto más visceral (es decir, no es una comedia romanticona de la que normalmente los chicos salen huyendo). 

Os dejo el tráiler para que os hagáis una idea de la película. También existe un libro muy bueno sobre este síndrome: Marcelo en el mundo real. Cuando veáis la película, por favor, dejad en comentarios vuestra opinión. Me gustaría mucho saber qué os ha parecido.

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LA LEYENDA DE NARCISO


Narciso era un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un largo. Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde había caido, nació una flor, a la que llamaron, en su honor, narciso.

Cuando las Oréades, las diosas del bosque, llegaron al lago y le vieron llorar, le preguntaron el motivo de su tristeza.


— Lloro por Narciso —repuso el lago.
— ¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! —prosiguieron las Oréades—. Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque para admirar su belleza, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplarle más de cerca.
— ¿Pero Narciso era bello? —preguntó el lago. 
— ¿Quién sino tú podría saberlo? —respondieron, sorprendidas, las Oréades—. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.

El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
— Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello. Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.

[Relato escrito por Oscar Wilde y adaptado por Paulo Coelho en el prólogo de su libro El Alquimista]
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EL AMOR Y LA LOCURA


[Esta fotografía pertenece a El jardín de los sentidos, un lugar mágico situado en Altea, Alicante]

Había una vez, antes de que existieran los humanos y los sentimientos se mezclaran con ellos, un jardín mágico donde vivían en armonía todos los sentimientos. Cada uno cumplía con su función y rara vez se reunían todos. Pero un día, decidieron hacer algo diferente...
— ¡Podemos jugar al escondite!— gritó la Locura, al tiempo que daba pequeños saltos.
— ¿Y cómo se juega a eso? Yo no voy a ser capaz, seguro... —dijo entre sollozos el sentimiento deInferioridad, que tanto se creía que era peor y pequeño a los demás, que había acabado por verse enanito y feo.
— ¡Claro que vas a saber, es muy fácil! —contestó el Optimismo con energía— Tienes que esconderte en un lugar en el que no te pueda encontrar nadie. Si eres el último en salir de tu escondite, has ganado. Y si te da tiempo antes de que te vea el que la queda, puedes salvar a todos tus compañeros.
La Curiosidad observaba muy atenta la escena. Finalmente, cuando a todos les quedaron claras las reglas del juego, la Locura dijo que ella la quedaría y todos empezaron a esconderse, cada uno a su ritmo...
El Pesimismo se juntó con la Inferioridad y se quedaron un gran rato ahí parados sin saber qué hacer. Total, iban a perder seguro...
La Alegría estuvo trotando con una gran sonrisa hasta que encontró el lugar perfecto para ella: un árbol alto y frondoso.
A la Pereza le entró un sueño tremendo y en lugar de ponerse a buscar su escondite, decidió echarse una siestecita.
La Sabiduría estuvo un rato sopesando en qué lugar tendría menos probabilidades de ser descubierto y, como no podía ser de otra manera, eligió camuflarse entre las hojas de un gran libro.
Y así, uno a uno, todos los sentimientos se fueron escondiendo, salvo el Amor, que por más que buscaba, no encontraba ningún lugar que le gustara.
De pronto, la Solidaridad, apareció en su camino y le dijo sonriente que había visto el lugar perfecto: un hermoso rosal situado junto al lago. Al amor le encantó la idea y fue hacia allí acompañado de la Solidaridad, que le ayudó a subir por el tallo de una de las rosas. Una vez que llegó arriba, se refugió entre los pétalos y, como iba vestido de color rojo, se camufló a la perfección.
Cuando el último sentimiento encontró su escondite, la Locura acabó de contar y empezó a buscar a sus compañeros con ansia.
Al primero que encontró fue a la Pereza, roncando como un ogro. Un poco más alejados seguían el Pesimismo y el sentimiento de Inferioridad. También encontró pronto al Nerviosismo, que se había refugiado entre un matorral y hacía mover las hojas con sus impulsos nerviosos.
La Sabiduría se hizo más de rogar, pero debió tener algún error en su estudio de probabilidades, porque también fue descubierta. Y uno a uno, la locura dio con todos sus compañeros.
Bueno, no con todos. Sólo faltaba uno: el Amor. Lo buscó incansablemente durante horas, pero no aparecía. Finalmente, la Envidia, cabreada porque había perdido, le chivó a la locura el paradero del Amor.
Y la Locura, loca de contenta porque sabía dónde se encontraba el último sentimiento, fue corriendo hacia el rosal y comenzó a mover las rosas de un lado hacia el otro con energía y entusiasmo.
De repente, se escucharon unos gritos agudos que provenían desde lo alto de una de las rosas:
— ¡Para, para ya por favor! ¡No las muevas más!
Y la Locura, obediente, paró. Cuando todos consiguieron distinguir al amor de entre los pétalos de la rosa, se quedaron petrificados. Al mover la Locura el rosal con tanta energía, le había clavado al Amor los pinchos del tallo en los ojos, que ahora sangraba abundantemente.
— Lo siento, Amor. No me he dado cuenta. Lo siento, de veras... — pero ya no había solución: elAmor se había quedado ciego.
Y la Locura, arrepentida por su acto impulsivo, le hizo una promesa al Amor:
— Ya no vas a poder ver y todo por mi culpa. Sólo se me ocurre una solución: a partir de ahora seré tu lazarillo. Prometo ser tus ojos en todo momento y lugar. No me separaré de ti nunca.
Y por eso siempre decimos que EL AMOR ES CIEGO, Y QUE SIEMPRE VA ACOMPAÑADO DE LA LOCURA*.
Este cuento es una adaptación propia que he hecho de un cuento popular anónimo que me contó en una ocasión un cuentacuentos. Hoy lo quería compartir con vosotros, por si alguno desconocía la historia. Lo escuché por primera vez cuando tenía 12 años y cada vez que lo leo o lo reescribo me sigue fascinando.
*Si quieres descargar el cuento para guardarlo o leerlo en alguna otra ocasión, haz clic en este enlace.
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Certámenes literarios


Una de las mayores ventajas que nos ha podido ofrecer Internet a los que compartimos el placer por escribir son los certámenes literarios. Hace unos años, todas las bases para estos concursos literarios sólo aceptaban el envío de los escritos por mediación de correos. Y era un fastidio. Además, había que hacer las pertinentes copias del relato, graparlos o encuadernarlos según los gustos del jurado y enviarlos por correo certificado para que no se extraviaran.

Ahora, la posibilidad de enviar las obras por e-mail facilita tantísimo la tarea que estoy segura de que el número de participantes por concurso ha aumentado notablemente en los últimos años.

Hay concursos de todo tipo: de relatos de fantasía, ciencia-ficción, ensayos, artículos periodísticos... Yo me he presentado ya a unos cuantos, pero jamás he ganado nada. Ni siquiera una triste mención a mi trabajo. Pero aunque esto decepciona un poco, no dejo de intentarlo. Algún día caerá la breva, como se suele decir.

De momento, voy a empezar a colaborar en una revista de tirada local que se edita de forma quincenal en mi ciudad. Os dejo la página web de la revista, La Clave, para que le echéis un vistazo si queréis.

También os facilito algunos enlaces a páginas que recopilan todos los concursos y certámenes literarios del mundo. Una de las mejores es escritores.org, aunque también está muy bien la web guiadeconcursos.com. Iré colgando posts con información relativa a estos concursos literarios.

¡Ánimo y participad!

Comento: Martes con mi viejo profesor

Martes con mi viejo profesor es la historia real de Morrie Schwartz, excepcional profesor de sociología y querido por sus alumnos al que le diagnostican una enfermedad degenerativa, ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).

Años después de haberse graduado, Mitch Albom, ahora periodista deportivo y antiguo alumno favorito de Morrie, observa un día en la televisión una entrevista que le realizan a su viejo profesor, en la que este explica su enfermedad y cómo la está llevando.

Albom se pone en contacto con su antiguo profesor y acuerdan verse todos los martes de cada semana, en la casa de Schwartz. Durante estas sesiones, profesor y alumno hablan sobre la vida, el amor, la amistad, la vejez, el dinero… Conversaciones en las que Morrie intenta, una vez más, enseñarle a su alumno favorito aquellas cosas importantes en nuestra vida, que Albom ha ido olvidando a lo largo de los años.

El libro es la última tesina realizada por Albom para Morrie Schwartz, pero no es una tesina cualquiera. En ella se muestran las enseñanzas de un profesor a punto de morir que nos deja un gran ejemplo de cómo hay que enfrentar a la muerte, a la vez que nos enseña aquellos valores que nuestras ocupaciones diarias entierran y hacen que no seamos nosotros mismos.

Es una profunda y sentimental historia de vida que nos encantaría regalar a cualquiera. A mí me marcó profundamente, es de esas novelas que llegan al alma muy rápidamente. Y el estilo de escritura de Albom es tan sencillo que la lectura te permite centrarte completamente en la historia como si estuvieras allí mismo. Tanto que, aunque es predecible el final de la historia, es inevitable sentir una enorme tristeza cuando la acabas.

La novela está llena de frases exquisitas, de entre las que destaco las siguientes, a modo de muestra:

La cultura que tenemos no hace que las personas se sientan contentas de sí mismas. Y uno ha de tener la fuerza suficiente para decir que si la cultura no funciona no hay que tragársela.

Sin amor, somos pájaros con las alas rotas.

Dedícate a amar a los demás, dedícate a la comunidad que te rodea y dedícate a crear algo que te aporte un norte y un sentido.

La ELA es como una vela encendida que te funde los nervios y te deja el cuerpo como un montón de cera.

Y para los vagos redomados que encuentren la lectura aburrida, también hay película. Aún no la he visto, pero debe estar muy bien.

Para finalizar, dejadme recomendaros una buenísima página para comprar libros online. Es una buena opción si no tenemos tiempo de visitar una librería o nos urge comprarlo. Después, también está la opción gratuita y más recomendada en estos tiempos de crisis: las bibliotecas.
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Cumpliendo 22 años hoy...


Había una vez una princesa que no quería crecer. Sabía que hacerse adulta significaba tener más responsabilidades, empezar a enseñar en lugar de sólo aprender, llorar por motivos más preocupantes que porque se le hubiera caído su almuerzo favorito en el patio, y enamorarse de un príncipe.

No quería tener responsabilidades porque nadie quiere nunca tenerlas, tampoco pensaba que fuera a ser capaz de enseñar nada (¿qué iba a enseñar ella sobre la vida, si siempre habría gente más sabia y experimentada?). Por supuesto, se negaba a llorar constantemente por la falta de dinero, por no encontrar un trabajo, por no tener una casa. Y odiaba el pensar que alguna vez tendría que casarse con un príncipe. ¡Qué asco!

Pero sucede que esta princesa, por mucho poder que tuviera, no consiguió burlar al tiempo, y los años fueron pasando sobre ella igual que sobre el resto de la humanidad. Y llegó un año, ni muy lejano ni muy cercano, en que la princesa miró hacia atrás y sonrió. Se alegró de haber crecido, de haber madurado, porque todo ello suponía conocer cosas nuevas y gente diferente.

Recordó a todos sus amigos de la infancia: Alicia, Maite, David Moreno, Francisco, Álvaro, Jose Manuel, Eduardo, Laura, Gema...

Recordó a sus amigos/as del instituto: Cristina Sánchez, Marian, Lorena Moreno...

Recordó a sus amigos/as de la universidad: Sheila, Inma, Laura...

Recordó a todas aquellas personas que habían estado ahí cuando realmente necesitaba apoyo.

Y aprendió que la edad es la mejor maestra del planeta, y que ahora, con lo que ha vivido, ya tiene algo que enseñar.


Deseos

"Cuando me acerco a una papelería y veo todos esos lápices y bolígrafos, no puedo evitar entristecerme porque debo ir a estudiar en lugar de liberar a todos esos personajes e historias fantásticas que luchan por salir de allí"

Frase inspirada en el comentario de un bloguero.

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Me han abducido


Sí, efectivamente, las oposiciones me tienen abducida. Tanto, que mi vida social se limita a estar encerrada en mi habitación con la única compañía del temario de oposiciones y de la programación didáctica. Esto es una pesadilla... No se acaba nunca.

Si lo que dice ahora Conselleria es cierto, el 27 de junio empezaré con el examen, que consta de 3 pruebas y que acabaré como muy tarde el 18 de julio. Pero ya no sé si fiarme de los ................ (dejo este espacio para que cada uno ponga el adjetivo que le plazca) de Conselleria, porque ya van cuatro cambios para este año.

En un principio dijeron que serían en marzo o en abril, después concretaron que sería el 26 de abril (sí, en plena Semana Santa querían hacerlas los desgraciados), más tarde que a partir del 28 de mayo y ahora que el 27 de junio. Espero que no la vuelvan a cambiar y hagan como en otras comunidades, que las han aplazado para después del verano, porque como se alargue más esta agonía voy a perder todas mis habilidades sociales.

En fin, estaba deseando comunicaros todo esto en mi blog, ya que lo tengo últimamente bastante abandonado. En cuanto acabe las oposiciones, prometo volver por aquí más fuerte que nunca. No os imagináis las ganas que tengo de leer libros (y no temarios aburridísimos de oposiciones), de escribir y de leeros a todos.

Un saludo muy fuerte. ¡Volveré!
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BIOGRAFÍA





Desde muy pequeña me ha gustado inventar historias, escribirlas y contarlas. Tal vez porque no he tenido mucha afinidad por esta realidad tan cruda a veces y he querido crear otra nueva y mucho más mágica, o simplemente porque ha sido el mejor camino que he encontrado para evadirme del mundo en los momentos más agrios de mi vida, quién sabe. El hecho es el mismo: siempre, desde que tengo uso de razón, me he interesado por la literatura.

Unido a esto creció desde mi más tierna infancia una vocación clara por la enseñanza. Que se lo pregunten a mis primos pequeños, los pobres, a los que obligaba durante horas a hacer sumas, restas, dictados...

Así pues, cuando acabé el instituto y bachiller, tuve claro que estudiaría magisterio. Tras tres duros años de carrera (quien se atreva a decir que magisterio es fácil, que se matricule) y un temidísimo año de oposiciones, aquí estoy, esperando a poder trabajar de interina este curso escolar.

Mientras tanto, escribo pequeños relatos y estoy enfrascada en una gran novela que lleva en mi cabeza bastante tiempo. La tarea es ardua, por lo que creo que tardará algún tiempo en ver la luz.

De momento, esta es toda la biografía que puedo aportar. Con el tiempo y la experiencia, podré completar un poco más mi estancia en esta vida, que espero que sea larga y provechosa.


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Y los sueños, sueños son

Hace poco, me puse a leer dos diarios que escribí de pequeña. Entonces no entendía muy bien por qué tenía tantas ganas de escribir todo lo que vivía. No entendía por qué me hacía tanta ilusión contarle a un libro vacío lo que me preocupaba o me hacía feliz en cada momento.

Leyendo aquellas páginas quince años después, empiezo a entenderlo.
Antes siquiera de saber bien en qué consistía el oficio de escritor, para qué servía escribir pequeños cuentos alimentados por mi fantasía, yo ya tenía un sueño. Y me atrevo a decir que tenía este mismo sueño antes incluso de empezar a leer.

Pienso que todos tenemos un fin en la vida (o varios) y que siempre, SIEMPRE, están presentes desde niños. Algunos se olvidan de cosas tan nimias como cuál era su juego favorito de pequeños, de qué trataba la primera película que vieron o el primer libro que leyeron, cuál fue la primera travesura que recuerdan...

Pues bien, ¿sabéis a qué me gustaba jugar de pequeña? Adoraba cuidar a mi muñeco y darle de comer. Cuando estaba dormidito en su cuna, me entretenía sentando a todos mis peluches (o a mis primos si tenía la oportunidad; pobrecitos...) y hablándoles sobre las cosas que tenían que aprender. Les ponía a hacer sumas o restas en la pizarra, les contaba una historia inventada, les cantaba una canción...

Por eso, cuando en 4º de ESO vino un psicólogo a orientarnos en nuestra futura vida laboral, yo lo tuve claro cuando nos dijo que muchas veces es importante recordar a qué jugábamos de pequeños. Tenía que estudiar magisterio. O filología. Pero tenía que enseñar.

Me leí de un tirón los dos diarios, como quien lee un libro o ve una película sabiendo el final, con ganas de llegar hasta él. Y vi cada momento como si fuera ayer, como si me hubiera teletransportado y tuviera de nuevo 7, 8, 9, 10, 11... años.

Y fue bastante interesante leer una entrada, un día de abril de 2001. En ella, contaba que había escrito un cuento para el instituto. Recuerdo la historia perfectamente; no tenía nada del otro mundo, no me pareció en su momento digna de reconocimiento, pero a la profesora le encantó. Me dijo que mi expresión estaba muy por encima de la del resto de mis compañeros, y eso, con 11 añitos, me hizo sentir la niña más feliz del mundo. Dijo que la iba a enviar a una editorial para ver si me la publicaban. Y tras contar todo aquello en el diario, una frase hizo que se me saltaran las lágrimas: "Ójala y me lo publiquen. Me pregunto si algún día llegaré a ser escritora".

Madre mía, no recordaba aquella frase, no recordaba esa conclusión. Tenía 11 años, no había leído todavía ninguna novela seria, no había llegado a la literatura de adultos. Todavía no había leído Mujercitas, ni a Enid Blyton, Paulo Coelho o Carlos Ruiz Zafón. Aún no había llorado con ningún libro ni me había enamorado de ningún autor. Pero tenía ese sueño, ese deseo de llegar a ser una escritora.

Y seguí leyendo. Y mi salto al otro lado de la literatura se produjo con Harry Potter. Entonces, cada vez más, deseé ser como J.K.Rowling. Deseé estar en un tren y que de repente se me ocurriera alguna idea tan maravillosa como su mundo mágico. Deseé que me leyeran y vivieran mis fantasías.

Y lucharé siempre por ello. En cierta manera, escribir también es enseñar. Todo está unido. Y yo soy muy ambiciosa.

¿A que no sabéis quién me ha hecho recordar todo esto? Connie Talbot. Con 6 años, ya sabemos cuál es su sueño, aunque ella todavía no es consciente de la intensidad con la que lo desea.


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¿Educación o política?


Llevo ya tiempo intentando contenerme para no hablar del tema, pero precisamente el blog nos ofrece una ventana al mundo exterior, donde podemos expresar nuestras quejas e, incluso (siendo muy optimista) llegar particularmente a algún que otro pez gordo de nuestro gran ministerio de Educación.

Como maestra de Primaria, siento VERGÜENZA, en mayúsculas, de la situación tan pobre que vive nuestro país en materia educativa. Con sólo ojear las noticias educativas de nuestro país, a uno se le cae el alma a los pies. Artículos como España suspende en ciencias, La educación española elimina la innovación empresarial, La educación española entre las menos competitivas... reafirman mi postura.

Y es que hemos llegado a un punto en el que todo lo concerniente a la educación queda en manos de unos señores que se hacen llamar "políticos" y que protagonizan numerosas campañas electorales en las que es más importante criticar al otro que defender las propias posturas. Sinceramente, no prefiero ninguna de las dos opciones, pero si me presentan la oportunidad de pasar una tarde con un "politicucho" de este estilo o Belén Esteban, prefiero la segunda opción. Al menos esta es de pueblo y no se anda con rodeos, dice las cosas claras y se la ve venir.
A los políticos les rodea un halo de neblina sospechosa de la que no deberíamos confiar.

Odio, odio hasta el infinito y más allá, que la educación sólo sea un títere en manos de partidos como el PP o el PSOE, y que la oferta de plazas y oposiciones varíe en función de quién esté gobernando. Odio que cada dos por tres se esté reformando una ley educativa también por las mismas razones. Odio que se excusen con que "estamos en crisis" cuando anuncian las 80 plazas contadas que han ofertado en la Comunidad Valenciana, una de las comunidades más turísticas y con mayor ratio de alumnos por aula.

Haya o no haya crisis, la educación debe ser uno de los pilares fundamentales si queremos progresar, pero está visto que a los politicuchos de nuestro país sólo les importa hacer nuevas generaciones de princesas y príncipes del pueblo, masas de población sin cultura más semejantes a muñecos de trapo que a nuestros vecinos europeos.

Como sigamos así, pronto nos echan de la Unión Europea... Y si no, tiempo al tiempo.

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¿Yo soy leeder?

Como algunos ya sabréis, el ministerio de cultura ha creado una nueva página de fomento de la lectura: yo soy leeder. La idea en sí no está nada mal, si se hubiera planteado de manera diferente. Ya lo explica perfectamente mi amigo Luís en su blog, al que os remito en el enlace, pero daré mi particular visión del asunto.

El ministerio de Cultura se ha dado cuenta de que, en un país donde generalmente no se le ha dado (ni se le da) demasiada importancia a la cultura (hay excepciones, pero generalmente estamos muy lejos de ser un país cultural, a pesar de tener tanto patrimonio), hay que potenciar en las nuevas generaciones el ingrediente básico para cambiar esta realidad, y el único ingrediente posible es la lectura.

Ahora bien, como dice Luís, no creo que creando una página web con letras ultra-molonas y un diseño de lo más se consiga este fin. Mucho menos si desde esa página web sólo se enlazan a 10 blogs culturales/literarios como máximo, teniendo en cuenta que hay tantas páginas de este estilo como para parar un tren (y varios trenes también).

He trabajado con muchos niños y adolescentes que no tienen ese hábito de la lectura que tanto promueve el ministerio y, ¿cuál ha sido la solución? Desde luego, si les hubiera dado a estas personas un manifiesto del estilo del que hay en la web, me hubieran tomado por el pito del sereno. La propuesta debe ser mucho más amplia y abierta a participaciones, con posibilidad de publicar en ella cualquier persona de cualquier edad, sexo, raza o nacionalidad.

Llegados a este punto, la idea de Luís aporta un poco de luz a la situación. Él ha pensado crear un blog que una todos nuestros blogs personales, a modo de red social a lo grande. En este blog, la idea es que todos tengamos la posibilidad de publicar y nuestros posts serán moderados por las personas que controlen el blog. En este gran blog de blogs tendrán cabida temas tan diferentes y opuestos como videojuegos, literatura, educación, lógica... Cada blogger tendrá su espacio para publicitar su blog, habrá un ranking de los mejores blogs de la semana o el mes...

¿Qué os parece esta super idea? Por favor, dejadme en comentarios vuestras apreciaciones. ¡Otra cosa más! Necesitamos un título corto, original y, sobre todo, muy juvenil. Ya está bien de que nos tomen a todos los jóvenes como la nueva generación ni-ni. Las generalizaciones nunca son buenas.
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La estrella de los yayos

Publico en este post un relato corto de los que acostumbro a escribir cuando el tiempo me lo permite que escuché, por casualidad, hace unos días en unas de esas conversaciones madre-hijo que enseñan más que miles de clases magistrales en la Universidad. Obviamente, he realizado pequeños cambios para darle más belleza literaria, espero que os guste:


Un manto de oscuridad cubre las calles, y los rotos y descosidos de la gruesa tela dejan ver el brillo de algunas estrellas.
— Mamá, ¿vamos a ver a la yaya vieja?
— No podemos, hijo.
— ¿Y por qué no podemos, mamá?
— Porque la yaya se ha ido de viaje al cielo.
— ¿Y cuándo volverá?
— No creo que pueda volver, cariño. Esos viajes sólo son de ida.
— ¿Ha ido a visitar alguna estrella?
— Sí.
— ¿Y en cuál está? Ah, ya sé... Habrá ido a visitar la estrella donde está el yayo, ¿verdad?
— Claro, hijo. Mira, ¿ves aquella estrella, la que brilla con tanta fuerza? Allí están los yayos mirándonos.
— Pero cuando estamos dentro de casa no nos ven, ¿no?
— No, no creo.
— Uff... Menos mal...
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Comento: La sombra del viento

Tendría entonces quince años. Recuerdo que mi profesora de lengua me recomendó, vísperas de las vacaciones de Navidad, que leyera La sombra del viento. Y no se imagina cuánto le agradezco el gesto. Por ello quería empezar la nueva era del blog comentando esta novela, porque para mí marcó un antes y un después.

Evidentemente, ya había leído muchos libros antes, pero este fue un gran salto, un cambio de sentido, el inicio de mi verdadera pasión. Puede sonar muy exagerado, pero estoy segura de que esta novela me cambió la vida. Con ella, empecé a madurar y con el estilo literario de Carlos, comencé a escribir relatos más largos, comienzos de novelas que han quedado en eso. Carlos Ruiz Zafón fue y ha sido uno de mis grandes maestros. Me gusta muchísimo el tono melancólico que añade a sus obras y las tinieblas que adquieren sus espacios.

La novela es uno de los libros más vendidos del siglo XXI, ya que ha recibido el título de best-seller mundial, con más de diez millones de ejemplares vendidos en 36 idiomas diferentes.

Os la recomiendo de corazón. Son varias las obras que ha publicado Carlos Ruiz Zafón, cada cual inmejorable, pero sin duda comenzaría por La sombra del viento. Os dejo a continuación la sinopsis y algunas citas que he rescatado de la obra.
Sinopsis: Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Allí, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambia el rumbo de su vida y le arrastra a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad. La Sombra del Viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, desde los últimos esplendores del Modernismo hasta las tinieblas de la posguerra.
"Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo"
"Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas"
"Es curioso cómo juzgamos a los demás y no nos damos cuenta de lo miserable de nuestro desdén hasta que nos faltan, hasta que nos los quitan. Nos los quitan porque nunca han sido nuestros..."
Para finalizar, dejadme recomendaros una buenísima página para comprar libros online. Es una buena opción si no tenemos tiempo de visitar una librería o nos urge comprarlo. Después, también está la opción gratuita y más recomendada en estos tiempos de crisis: las bibliotecas.

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